Qué hacer si compro una acción justo antes de que caiga
Si tenés miedo de comprar una acción y que posteriormente comience a caer, no te preocupes, existen alternativas para protegerte de la baja e incluso salir ganando.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Al comprar acciones, siempre existe el miedo de que luego de la operación comiencen a bajar y la pérdida de capital sea muy grande. Sin embargo, afortunadamente, el mercado de capitales brinda algunas herramientas que no solo le permiten al inversor protegerse de una eventual caída, sino que hasta brindan la posibilidad de ganar dinero en una situación de tales características.
Métodos para frenar la baja
Al comprar un activo con una visión alcista, es decir, que esperamos beneficiarnos de la suba de precio, es importante tener en mente un stop loss, que no es más que una cifra en la que venderemos el activo en caso de que nuestra visión se errónea. Por ejemplo, si compramos una acción a $100 esperando a que suba a $150, pero nuestro stop loss se encuentra en $90, si el mercado se da vuelta y comienza a caer, solo perderemos $10, lo que representaría un 10%. En lugar de un número fijo, puede ser un porcentaje exacto o aproximado.
Por otro lado, existe el stop loss dinámico, el cual funciona de la misma manera, pero sigue la evolución del activo. De esta forma, si compramos a $100 esperando a que llegue a $150 y tenemos un stop loss dinámico de un 10%, cuando la acción caiga tal porcentaje, venderemos, lo que permitirá retirarnos incluso con una ganancia.
Aunque la mayoría de las plataformas de inversiones permiten indicar el stop loss al momento de realizar la compra, se recomienda ejecutar la orden manualmente ya que pueden existir "gaps", es decir, caídas muy bruscas que salteen el stop loss.
Opciones, los instrumentos de cobertura
La otra alternativa que existe para cubrirnos de una eventual baja consiste en comprar opciones Put. Una opción es un instrumento financiero que representa un derecho de compra (Call) o de venta (Put). Los mismos se pueden comprar, pagando una prima; o vender, cobrándola.
Si bien las opciones financieras, pertenecientes a la categoría de derivados financieros, permiten armar complejas y sumamente flexibles estrategias de operación, utilizarlas como coberturas resulta relativamente sencillo. Solo hay que comprar el activo subyacente, la acción en este caso, y luego comprar una opción de venta (Put) pagando la prima correspondiente. A continuación, un ejemplo práctico:
- Compro la acción "A" a $100 apostando a una suba de precio.
- Compro una opción de venta (Put) sobre la acción "A" para poder venderla a, por ejemplo, $95. Para esto, pago una prima de $5.
De esta forma, desembolso un total de $105 (precio de la acción + precio de la prima) y estoy cubierto de que el precio caiga más abajo de $95. Si sube, solo pierdo lo que pagué de prima (pérdida limitada) y la potencial ganancia es ilimitada.
La eficiencia del largo plazo
En caso de que los dos métodos anteriores parezcan complejos, también podemos optar por la opción de no preocuparnos y confiar en que el mercado valorizará correctamente la acción en el largo plazo. Tal como vimos cuando hablamos de la importancia del largo plazo al invertir, las acciones son ineficientes en el corto plazo, pero muy eficientes en el largo. Esto se debe a la volatilidad que goza esta clase de activos.
Si la compañía que compramos es sólida y tiene buenas perspectivas futuras, ya sea estimadas por análisis técnico o por análisis fundamental, la historia y la teoría indican que con el paso del tiempo continuará su tendencia alcista, por lo que tarde o temprano recuperaremos nuestra inversión e incluso obtendremos ganancia.