¿Qué es y cómo interpretar un buyback?
¿Qué es una recompra de acciones?
Dentro de una jornada habitual ocurren diversos eventos y se presentan distintas noticias que afectan, sea de manera positiva o no, los movimientos de las cotizaciones de las distintas empresas públicas. Probablemente uno de los eventos más esperados es la presentación de balances trimestrales, sobre los cuales los inversores posan su atención para tomar decisiones. En esta oportunidad, nos enfocaremos en una operación puntual conocida como Buyback o “recompra de acciones”, cuyo anuncio suele tener cierto impacto en los precios de la compañía que decida llevarlo a cabo.
Ahora bien, ¿Qué es una recompra de acciones? Esta transacción ocurre cuando una empresa cotizante compra parte de sus propias acciones públicas, reduciendo así el número de acciones circulantes o disponibles en el mercado accionario. Pueden decidir llevarla a cabo por diversos motivos, tales como buscar incrementar el valor de las acciones restantes por la disminución en la oferta o disponibilidad de acciones, obtener o recuperar cierta participación sobre si mismas, o bien para impedir que otros accionistas (normalmente institucionales) aumenten su poder de decisión sobre la compañía ya que, a mayor cantidad de acciones, mayor influencia podrán ejercer sobre el futuro de la empresa.
Dicho de una manera más simple, básicamente una recompra de títulos permite a una compañía invertir en sí misma. Si la propia empresa considera que sus acciones están algo subvaluadas, recomprar acciones puede resultar una estrategia interesante debido a que, de cumplirse las expectativas a futuro, las acciones podrían apreciarse y así la empresa obtener un resultado favorable por haber adquirido acciones a un menor valor. Otro motivo usual es ofrecer una recompensa o incluso hacer frente a bonos fijos o variables para empleados y/o ejecutivos de alto mando. Es común que las empresas ofrezcan pagos en acciones u opciones de compra de acciones a futuro a sus colaboradores y, al recomprar acciones en el mercado, evitan emitir nuevos papeles y así la participación accionaria de los accionistas no vería afectada.
Pero, ¿Cómo ejecutan las empresas estas recompras? Tal como adelantamos, puede llevar a cabo una oferta pública, es decir, ofrecer a los accionistas comprar una determinada parte de sus acciones a un valor algo mayor al actual dentro de un plazo concreto, de manera de que los poseedores de los papeles tengan un incentivo a aceptar la propuesta. Otro método utilizado se da cuando las empresas tienen un programa o esquema que consiste en compras programadas de antemano, durante las cuales adquieren acciones con determinada frecuencia durante un período de tiempo específico. En algunas ocasiones, las empresas pueden decidir incrementar la cantidad de acciones que compran en cada oportunidad, lo cual provoca una contracción del floating (acciones en circulación) más acelerada. Esto último, de acuerdo a su magnitud, podría tener un impacto no menor en el mercado y causar una suba en el precio de las acciones.
Respecto a los fondos utilizados para hacer frente a este tipo de operación, existen varias maneras de financiar la compra de acciones: sea con efectivo disponible o ahorrado, con fondos resultantes de la venta de productos, o bien mediante la toma de deuda. Este último caso probablemente requiera algo más de análisis, ya que dependerá de las expectativas de crecimiento de la empresa, el precio futuro esperado de las acciones y, desde ya, la tasa de interés y el plazo al cual se toman los fondos prestados.
Por lo comentado hasta el momento, la recompra de acciones parece ser una buena noticia para la empresa y accionistas en general. Sin embargo, pueden tener algunas miradas no tan optimistas. Por ejemplo, si bien algunas recompras puede basarse en el hecho de que una compañía considera que sus acciones están subvaluadas, algunos inversores pueden verlo como una desinversión en investigación y desarrollo o incluso en áreas puntuales donde la empresa podría mejorar su estructura o procesos. Esto último podría verse más bien como una señal de venta para algunos tenedores de acciones. Asimismo, la recompra de acciones puede representar un costo de oportunidad, o incluso una pérdida con el paso del tiempo si las acciones compradas pierden valor. Lo primero puede darse si, en línea con lo expresado anteriormente, la empresa decide recomprar acciones en lugar de invertir en las operaciones de sus unidades de negocio, o en el desarrollo de algún producto nuevo. También podríamos hablar de pérdida si la empresa adquiere acciones y, sea por correcciones del mercado o malos resultados propios, luego el precio de las mismas cae considerablemente.
Para aquellos interesados en conocer un poco más sobre el tema en cuestión, existe un indicador conocido como buyback ratio, el cual compara el capital invertido por empresas en recompra de acciones propias sobre la capitalización de mercado de la misma compañía durante períodos puntuales (normalmente el año anterior). Por ejemplo, utilizando números bajos para simplificar la explicación, una empresa que destinó US$1 millón a un programa de recompra y cuya capitalización bursátil era de US$20 millones, tendría un buyback ratio del 5%. De esta manera, el ratio permite comparar qué proporción del total de las acciones públicas distintas empresas han adquirido en el último período. De hecho, es posible invertir a través de una cuenta comitente radicada en los Estados Unidos en ETFs que replican índices de compañías que aplican con regularidad programas de recompra de acciones.
*Disclaimer legal: Tenga en cuenta que existen riesgos asociados con la inversión en valores, incluida la posible pérdida de capital, de conformidad con la Norma FINRA 2210 (d)(1)(A). Este artículo no debe considerarse una solicitud o recomendación de compra. El material ha sido preparado únicamente con fines informativos.