Meta y Apple buscan "decodificar los pensamientos" con nueva tecnología
Cada vez más empresas tecnológicas buscan crear una conexión entre el cuerpo humano y los dispositivos electrónicos.
Por Gonzalo Andrés Castillo
A día de hoy, la inteligencia artificial (IA) no sólo sirve para analizar enormes cantidades de datos y crear contenido multimedia de forma rápida y efectiva, sino también para "decodificar la actividad cerebral", algo en lo que se están enfocando Meta y Apple.
En el caso de Meta, la compañía liderada por el joven millonario Mark Zuckerberg respalda a un equipo de neurocientíficos que descubrieron formas no quirúrgicas de detectar la actividad del cerebro y el habla para interpretar los pensamientos.
"Este sistema de IA se puede desplegar en tiempo real para reconstruir, a partir de la actividad cerebral, las imágenes percibidas y procesadas por el cerebro en cada instante. Esto abre una vía importante para ayudar a la comunidad científica a comprender cómo se representan las imágenes en el cerebro y luego se utilizan como base de la inteligencia humana", detalló Meta en una publicación del 2023.
Por su parte, el fabricante del iPhone ya presentó en 2022 una patente para sus auriculares AirPods que utiliza electroencefalografía, electromiografía, electrooculografía y respuesta cutánea galvánica, entre otras bioseñales, para medir la actividad eléctrica del cerebro de un usuario.
Impacto y consecuencias
Esta "lectura de mente" no invasiva podría revolucionar la medicina y mejorar la vida de millones de pacientes, tal como parece que lo está logrando Neuralink, de Elon Musk, con sus productos en fase de desarrollo.
No obstante, también podría generar que grandes corporaciones tecnológicas creen productos orientados al consumidor, comercializados con la promesa de crear impactantes experiencias sensoriales, capaces de poner en riesgo la privacidad.
Por esta razón, antes de que las empresas sigan avanzando con sus innovaciones, o al menos antes de que estas salgan al mercado, se necesita un sólido marco regulatorio que garantice la seguridad de los potenciales clientes y limite hasta dónde puede llegar la conexión entre equipos electrónicos y el cuerpo humano.
