Ley Bases: el Banco Nación no será privatizado, ¿por ahora?
Para poder lograr la aprobación de la ley en Diputados se decidió excluir al banco estatal de las empresas candidatas a privatización al menos por este año.
Por Eric Nesich
El episodio concerniente a la nueva Ley Bases, enfocada en la posible privatización del Banco Nación, estuvo a punto de desencadenar un potencial revuelo político para la gestión encabezada por Javier Milei. La insistencia del Gobierno en su plan privatizador amenazaba con obstaculizar la obtención del tan deseado dictamen de mayoría por parte de los funcionarios gubernamentales.
Con el objetivo de asegurar la aprobación parlamentaria del paquete fiscal y la Ley Bases, los negociadores gubernamentales optaron por excluir al Banco Nación de la lista de empresas candidatas a ser privatizadas. Esta entidad financiera, siendo la más prominente del país, se salvó así de la privatización propuesta. Al menos por ahora.
Esta medida no solo garantizó el dictamen de mayoría, sino que también contradijo los planes concebidos por el equipo liderado por el presidente del banco, Daniel Tillard. El ejecutivo, quien anteriormente dirigió el Banco de Córdoba (Bancor) durante la gestión de Juan Schiaretti, tenía la intención de implementar un modelo similar al de Bancor o, en su máxima expresión, adoptar el esquema del Banco do Brasil para el Banco Nación.
Se proyectaba que para el sexto mes del año, el Banco Nación pasaría a operar como una sociedad anónima, siendo el modelo brasileño el preferido por los líderes cordobeses designados para dirigir la entidad bancaria nacional.
Estos planes, considerados de primera generación, podrían posponerse para reformas futuras, como mencionó Milei durante su campaña.
Aunque los líderes sindicales de La Bancaria celebraron la aparente suspensión de la privatización del Banco Nación, algunos sectores dentro de la banca pública muestran cautela, advirtiendo que el Gobierno podría retomar sus planes en el futuro.
El posible resurgimiento del tema de la privatización de la banca pública podría estar vinculado a la situación política interna, particularmente dentro del Frente de Todos, y a los resultados económicos de la administración de Milei, que podrían influir en las elecciones legislativas del próximo año.