La guerra de IA entre China y Estados Unidos se recalienta
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a un ex desarrollador de software de IA de Google chino por robar 500 archivos de código confidencial que la empresa usaba en sus centros de datos para entrenar LLMs.
Por Gonzalo Andrés Castillo
La inteligencia artificial (IA) no sólo está generando una "guerra" entre grandes corporaciones, como Microsoft y Alphabet o Nvidia e Intel, sino que también está ocasionando conflictos entre países como Estados Unidos y China.
De acuerdo a Frank Long, analista en la oficina de Innovación Aplicada de Goldman Sachs, Estados Unidos tiene una importante ventaja en el desarrollo de sistemas de IA generativa, como los modelos de lenguaje grandes (LLMs). Estos toman datos y los utilizan como base para chatbots como ChatGPT, de OpenAI.
A su vez, la nación americana puede imponer restricciones a la exportación de semiconductores de alto rendimiento diseñados por compañías estadounidenses como Nvidia. Según Long, esto mantiene el desarrollo de los LLMs más sofisticados fuera del alcance de China.
No obstante, China también tiene sus "armas". Puntualmente, está contratacando con restricciones a la exportación de galio y germanio, dos metales esenciales para la fabricación de chips, a Estados Unidos. Asimismo, se encuentra creando un nuevo fondo con reservas de USD 27.000 millones para financiar sus propios proyectos de IA, tanto públicos como privados y semiprivados.
La competencia entre las dos economías más grandes del mundo se intensificó la semana pasada cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a un ex desarrollador de software de IA de Google chino por robar 500 archivos de código confidencial que la empresa usaba en sus centros de datos para entrenar LLMs.
Supuestamente, tras robar la propiedad intelectual, el empleado asiático habría comenzado a trabajar en simultáneo para rivales en China. Los cargos "son el último ejemplo de hasta dónde están dispuestos a llegar los afiliados de empresas con sede en la República Popular China para robar la innovación estadounidense", dijo Christopher Wray, director del FBI, a través de un comunicado.