Matías Kulfas es conocido en el ambiente como el mejor empleado publico del Gobierno. Un hombre con su carácter y disciplina como empleado, se transforma en el funcionario por excelencia de Alberto Fernández. Esperó pacientemente la caída de Guzman, que vendría con el tarifazo de marzo, el desastre del canje de YPF, la marginación en el acuerdo con el FMI, y el escándalo en el ministerio con el Vacuna Gate. Hoy, Kulfas se transformo en un interlocutor intersectorial valorado por los empresarios, y una pieza clave para validar la importación para ciertos sectores estratégicos, mas hoy cuando el BCRA tiene un torniquete sobre toda la economía
La relación desde antaño de Kulfas con Pesce es conocida, aunque es un vínculo de formalidades y no de amistad. Son conocidos también los disgustos planteados a Guzmán por parte de Kulfas, y cómo Pesce, mas de una vez, ha planteado a Guzmán como un interlocutor que molesta en el armado de la política económica, con perfil mas nativo K, que un mix con social demócratas del perfil del FMI.
Pero esta semana Kulfas volvió a sonar como un potencial reemplazante de Guzmán si la sangre llega a rio, y en la Casa Rosada, si bien dicen que son tonterías, lo cierto es que hubo escenarios planteados, planes C y D, pero planes al fin.
El plan B es Todesca, todos coinciden en eso, pero Kulfas tiene su encanto propio para el ala mas dura K, el empleado que siempre cumple, ese empleado del mes que maneja todo desde atrás y que siempre es necesario.
Guzmán está en la recta final. Ni la cosecha gruesa salvaría su cabeza.