Inversiones que parecen seguras, pero no lo son
A la hora de invertir una de las cosas que muchísima gente busca es encontrar una inversión segura, que le garantice un rendimiento y que no haya forma de perder dinero invirtiendo en ella. Pero... ¿Existe una inversión segura?.
Las trampas de los inversores conservadores
A diferencia de lo que te van a decir muchos que te van a hablar de “renta asegurada” o “rendimiento garantizado”, la realidad es que toda inversión conlleva un riesgo y el que te diga algo diferente te miente.
Y ahí el inversor argentino te va a hablar de inversiones que son seguras en el imaginario popular y hacen que les vaya mal al invertir sin darse cuenta. La primera trampa en la que caen los inversores conservadores es creer que comprar dólares para guardar abajo del colchón es una inversión segura.
Me dirás, ¿Cómo puede ser que no sea seguro? Si yo compro USD 10.000 y los guardo (sin considerar impuestos, costo de caja de seguridad ni riesgo de robo), al cabo de 10 años voy a seguir teniendo USD 10.000. Eso sería algo seguro, ¿verdad?
Bueno, la trampa de esta estrategia es que existe la inflación en dólares. Esos USD 10.000 no van a tener ni por asomo el mismo poder de compra que tenían hace 10 años. Y lo peor de todo es que la mayoría de la gente no se da cuenta de esta situación y pierde dinero sin ni siquiera notarlo.
Abajo te muestro un gráfico compartido por Brian Feroldi en el que muestra el poder de compra de USD 1 entre el año 1900 y el 2020:
La imagen es contundente. Un dólar del año 1900 equivale a escasos centavos el día de hoy en poder de compra. Si vieras ese comportamiento bajista en cualquier otro activo saldrías corriendo. Pero un país como el nuestro con devaluaciones constantes esto no se ve tan claro y por eso es tan fácil creer que el dólar es una inversión segura cuando lo único seguro es que vas a perder contra la inflación.
Pensá por ejemplo en la famosa hamburguesa Big Mac. En su lanzamiento en 1966 costaba apenas USD 0,45 y ahora cuesta USD 5,15 en Estados Unidos. ¡Se multiplicó más de 11 veces! Pobre el que guardó dólares en su colchón, ahora se puede comprar muchas menos hamburguesas, y así pasa con todo.
Ahora que ya conocés sobre el dólar, pasemos a la siguiente trampa de los inversores conservadores.
El ladrillo no te protege
La inversión en inmuebles es otros de los caballitos de batalla de los inversores argentinos que buscan algo con la apariencia de “conservador”. Se repiten frases “como los inmuebles nunca van a desaparecer” o “los ladrillos son tuyos y nadie te los va a sacar”.
Es cierto que el inmueble es algo tangible y por eso la gente no se da cuenta de que también baja de precio, en algunos momentos significativamente. Dejame que te lo muestre con datos concretos de la consultora Reporte Inmobiliario, que es de lo más serio y prestigioso en materia de datos del sector inmobiliario en Argentina.
Reporte Inmobiliario lleva series históricas del precio promedio en m2 en dólares. Ahí vemos que en noviembre 2018 el precio promedio del m2 era de USD 1.591 mientras que en noviembre 2023 era de USD 1.075, una baja del 32% en dólares.
Y esto es algo que quienes invierten en inmuebles no ven porque, a diferencia de lo que pasa con las inversiones en la bolsa, en los inmuebles no tenés un precio cierto al que podés vender todos los días. Entonces muchos se aferran a valores de venta que son irreales y que ya no reflejan la realidad. Lo opuesto a una inversión segura.
También hay quienes ponen un negocio por su cuenta o invierten en el negocio de un amigo, subestimando los riesgos. Quizás no lo consideran seguro en ese caso, pero sí no analizan el riesgo de invertir todo tu capital en un solo negocio, incluso en sectores de los que no conocés nada. Pensá en el boom de los videoclubes o canchas de paddle en los ’90. Parecía un negocio sencillo y con demanda, pero ¿cuántos sobrevivieron en el mediano plazo?
Es algo para tener en cuenta la próxima vez que un amigo te invite a invertir en ese emprendimiento prometedor.
Analizar los riesgos de tus inversiones y diversificar entre ellas puede ser una tarea muy desafiante y una que no tenés por qué hacer solo. Contar con la ayuda de un asesor profesional puede ser un gran aliado para no caer en esas trampas y potenciar tu capital.