Finanzas personales: cómo armar un buen presupuesto en tres pasos
Armar un presupuesto personal te ayudará a limitar los consumos para mejorar la capacidad de ahorro.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Muchas personas no pueden ahorrar y tener unas finanzas personales saludables porque no paran de derrochar dinero en cosas innecesarias. En estos casos, una buena opción para controlar el impulso consumista es armar un presupuesto. Y para hacerlo, hay que seguir tres sencillos pasos.
Analizá los ingresos y egresos
Lo primero que tenés que hacer para armar un buen presupuesto personal es analizar todos tus ingresos y egresos periódicos. Hoy en día, gracias al uso de plataformas digitales, sólo basta con meterse a las diferentes cuentas bancarias y billeteras virtuales que utilizamos y pasar a una planilla de cálculos los datos correspondientes.
Ordená y clasificá los gastos
Posteriormente, hay que ordenar y clasificar todos los gastos, indicando si son variables o fijos, necesarios o de placer, si pertenecen a bienes o servicios, etc. En este punto, se debe aprovechar a detectar los gastos hormiga y gastos fantasma y eliminarlos por completo. Además, es fundamental detallar cuáles consumos imprescindibles (como internet o telefonía móvil) pueden reemplazarse por alternativas más económicas.
Fijá los consumos
Por último, llega el paso más importante: el armado del presupuesto en cuestión. Básicamente, lo que se tiene que hacer es tomar los gastos fijos y variables ya estudiados y filtrados y establecer qué monto destinaremos a ellos. Cuanto menos dinero sea, mejor.
Como los precios de los bienes y servicios no dependen de nosotros, hay que determinar un pequeño margen de suba para que luego un potencial incremento no nos tome por sorpresa. Otra opción un poco más flexible consiste en directamente considerar los gastos como porcentaje de los ingresos, de forma que se ajusten cuando estos aumentan.
En cualquier caso, lo realmente esencial es entender que un presupuesto no es más que una forma de fijar límites a los consumos innecesarios que erosionan la capacidad de ahorro. No tiene que ser sumamente sofisticado o extremadamente detallado, con que incluya la información básica de ingresos y egresos y clasifique en rasgos generales los gastos, ya será más que suficiente para tener un mejor control sobre la economía personal.