Dólar blue: quién hace bajar el precio

La oposición está tan politizada por Netflix, que entre ellos se diferencian por halcones o palomas, término usado en la politica americana para diferenciar a funcionarios que quieren usar el pentágono y los que quieren usar a la CIA. En la city porteña tenemos una divisoria similar, pero entre gorriones y cabecitas negra. Se ha transformado en vox populi una investigación en off de miembros de la oposición sobre una casa de cambio vinculada al poder, en realidad un vendedor puntual pero que operó con distintas casas de cambio, que esporádicamente o de menera rutinaria, eso depende del paladar con que se juzgue, interviene a favor de mantener calmo el dólar blue con ventas pactadas por Whatsapp y a veces Telegram.

La city es un universo donde la palabra gorronear está mal vista. Más allá de que las generaciones actuales, sobre todo en la ultima década, han distorsionado esta realidad, principalmente jóvenes que quieren hacer dinero fácil como "cueveros" o "cambistas", lo cierto es que el mercado tradicional, ese con sede en el corredor norte, que tomó ímpetu luego de la guerra librada entre 2012 y 2013 con Moreno y compañía, sigue siendo un circulo cerrado que no permite la entrada de cualquiera. Los viejos cabecita negra de la city ven algunos gorriones de la ultima década con temor, y dada que su especialidad es el canto a viva voz, últimamente han cantado una melodía pero de baja frecuencia y a los oído de no cualquier interlocutor, que las cabezas negras se han cansado y no ven estas intervenciones como algo saludable para el mercado, y menos aún para las consecuencias que puede tener a futuro. Es que cada vez que el dinero de la política se ha filtrado, cuando caía el poder de turno los operativos iban contra todos... hoy la situación parece ser "nosotros no somos como esos..."

Lo cierto es que avanza de manera sigilosa una investigación, que por ahora se trata de nombres, direcciones y teléfonos, pero a futuro podría comprometer a barones de la política, sobre todo juniors que ostentan apellido de fallecidos y otros que son profesionales de la panquequeada.

El Blue y el CCL hoy van por camino distintos, pero el destino eventualmente los unirá.