Cómo inmunizar un portfolio de renta fija
Cómo aplicar la técnica de inmunización en tu cartera de Bonos.
En el último tiempo se ha presentado una situación anormal en el mercado de capitales estadounidense, dado que las tasas de interés de los bonos han tocado un piso histórico, y mucho no han repuntado desde entonces. Ante esto, muchos inversores dudan a la hora de tomar una decisión respecto a la compra de este tipo de instrumentos. Esto se debe no sólo al “bajo” rendimiento que pagan los bonos en general al compararlos con la tasa que ofrecían no tanto tiempo atrás, sino también ante el riesgo que significa una posible suba de tasas de interés en el corto y mediano plazo. Como ya sabemos, de ocurrir esto último, un inversor que tiene en su portafolio bonos, estaría expuesto a que el precio de sus activos pierda cierto valor por la relación inversa entre el precio de los bonos y los movimientos en la tasa de interés de referencia.
Una técnica aplicable en condiciones como la actual podría ser la conocida como inmunización, la cual justamente permite mitigar el riesgo de que cambios en las tasas de interés afecten la estrategia de inversión a mediano-largo plazo. Por ejemplo, si uno quisiera contar con cierto monto en 10 años para adquirir una propiedad, no sería lo ideal adquirir un bono con vencimiento a 30 años ya que, tal como adelantamos, una caída en las tasas de interés podría provocar que, llegados los 10 años, nos encontremos con un monto menor al esperado. Es para evitar estas sorpresas que se suele utilizar la estrategia de inmunización de portafolios, y se lleva a cabo ajustando la duración de la cartera para que coincida con el horizonte temporal de inversión del inversor. Para lograrlo, se “fija” una tasa de interés por el tiempo que se desea mantener la inversión en los bonos, sin realizar retiros de fondos. Dicho de otra manera, la inmunización bloquea una tasa de rendimiento fija durante la cantidad de tiempo que un inversionista planea mantener el bono.
Para inmunizar una cartera de bonos, es necesario conocer la duración de los bonos en la cartera y ajustar la duración de modo que sea igual al horizonte de tiempo deseado, es decir, que coincida con el plazo en el que se desea contar con el capital. La duración mide el riesgo de mercado de un bono y la volatilidad del precio en respuesta a un cambio dado en las tasas de interés. La duración es un promedio ponderado de los flujos de efectivo del bono durante su vida, siendo las ponderaciones el valor presente de cada pago de intereses como porcentaje del precio total del bono. Cuanto mayor sea la duración de un bono, mayor será la volatilidad de su precio. La duración se utiliza para determinar cómo reaccionará un bono a las tasas de interés cambiantes. Por ejemplo, si las tasas de interés suben un 1%, un bono con una duración de dos años bajará aproximadamente un 2% en valor.
La inmunización se puede lograr mediante el emparejamiento del flujo de efectivo, de la duración o incluso mediante la cobertura vía contratos a plazo, futuros y opciones de bonos. Se pueden utilizar estrategias similares para inmunizar otros riesgos financieros, como el riesgo de tipo de cambio. A menudo, se utilizan técnicas de cobertura para reducir riesgos específicos. Si bien las estrategias de cobertura suelen ser imperfectas, bastante puede hacerse para acercarlas lo máximo posible a la perfección.
A modo de ejemplo, supongamos que un inversor necesita contar con US$50.000 en 15 años, para tal vez permitirle a su hijo/a estudiar un posgrado cumplido dicho período. Para inmunizar o proteger esta salida de efectivo definida, el inversionista puede comprar por un valor que garantice una entrada de los fondos en el plazo ya mencionado. Un bono cupón cero a 15 años con un valor de rescate equivalente a US$50.000 podría ser apropiado. Al comprar este bono, el inversor se asegura hacerse de dicho capital a vencimiento (siempre y cuando el emisor del título, sea una empresa o entidad gubernamental, no defaultee) y cualquier cambio en las tasas de interés no afectaría su capacidad para hacer frente a la obligación futura.
Otro caso que permitiría inmunizar una cartera de bonos sería hacer coincidir la duración de la cartera con el horizonte temporal de inversión en cuestión. Retomando el ejemplo anterior, si un inversor necesitara contar con US$50.000 en 15 años, existen otras formas en las que puede usar la coincidencia de duración además de la compra de un bono cupón cero. Una de ellas podría ejecutarse comprando distintos bonos con cupones, teniendo cada uno de ellos una duración de 15 años y totalizando un valor futuro de US$50.000. Ahora bien, a veces no es tan sencillo conseguir tantos instrumentos con igual duración, por lo que una alternativa podría ser comprar varios bonos con cupón por un total de US$50.000 pero que tengan una duración promedio de 15 años en conjunto, es decir, algunos con una duración menor, otros igual y el resto algo por encima. Esto último suele ser lo más habitual si por ejemplo un inversor decidiera aplicar esta estrategia vía fondos comunes de inversión o ETFs, ya que si operase en los Estados Unidos sería muy difícil adquirir distintos bonos en pequeñas cantidades.
*Disclaimer legal: Tenga en cuenta que existen riesgos asociados con la inversión en valores, incluida la posible pérdida de capital, de conformidad con la Norma FINRA 2210 (d)(1)(A). Este artículo no debe considerarse una solicitud o recomendación de compra. El material ha sido preparado únicamente con fines informativos.