Análisis técnico y análisis fundamental: qué opinan los expertos
Mientras que el análisis técnico trata de interpretar lo que está haciendo el mercado en la actualidad, el análisis fundamental busca obtener el valor teórico de un activo.
Por Gonzalo Andrés Castillo
En el ámbito bursátil, al momento de tener que estudiar un activo o sector, suele haber dos clases de análisis: el análisis técnico y el análisis fundamental. Muchas personas escogen uno y descartan el otro, como si fueran opuestos. Sin embargo, según los expertos de la industria financiera, se trata de dos métodos válidos que, complementados entre sí, suelen dar buenos resultados al momento de invertir.
Las bases del análisis técnico
En primer lugar, el conocido análisis técnico se basa en la interpretación del mercado a través del lenguaje de los precios. Es la forma más sencilla de entender cómo se comportó y se está comportando en la actualidad un determinado activo. Existen tres principios básicos que le dan forma al análisis técnico:
- El precio lo descuenta todo: este principio hace referencia al hecho de que la cotización refleja cualquier evento económico, político, social o psicológico que aumente o disminuya el precio de un activo. El análisis técnico muestra las consecuencias de un acto, independientemente de cuál sea la causa.
- El precio se mueve en tendencias: a diferencia de la teoría del paseo aleatorio, la cual dicta que los precios se mueven al azar y no hay forma de predecirlos, el análisis técnico se basa en la idea de que los precios se mueven en tendencias, ya sean alcistas o bajistas. Identificar la tendencia es la clave de este tipo de análisis.
- La historia se repite: el último, pero no menos importante, principio del cual se rige el análisis técnico indica que los participantes del mercado suelen reaccionar de la misma manera ante eventos de similares características, hecho que ayudaría a intentar predecir de manera general qué puede llegar a pasar en un futuro bajo ciertas circunstancias.
“El mercado ha cambiado, la velocidad ha cambiado, pero los conceptos de fondo son los mismos”
Pedro Marcelo Luis, gerente de Relaciones y analista técnico en Delta Asset Management y profesor de Análisis Técnico en diversas instituciones, comenta que dentro del análisis técnico existen diferentes herramientas, cada una perteneciente a una subcategoría.
Mientras que las de tipo visual sirven para identificar la tendencia mirando la dinámica del gráfico, las de tipo algorítmico permiten detectar la tendencia de manera más objetiva. Por otro lado, también están las llamadas herramientas prospectivas, las cuales ayudan a estimar niveles en donde puede llegar el precio.
“Claramente, todo esto bajo el concepto general de que es imposible saber con precisión lo que el mercado va a hacer, hasta dónde va a llegar un movimiento o qué precio alcanzará, y menos en fechas precisas”, completó el especialista.
Este último punto es muy importante porque deja en claro que, a diferencia de la creencia popular, el análisis técnico no busca predecir el futuro, sino identificar lo que está pasando en la actualidad y relacionarlo con lo que sucedió en el pasado para, en base a esa información, actuar en consecuencia.
Una disciplina que no envejece
Si bien el mercado de hoy en día es extremadamente diferente al de hace algunas décadas, la esencia sigue manteniéndose intacta. Al igual que en el resto de aspectos de la vida, el humano solo cambia las herramientas, no la forma. El Analista Técnico certificado por la Federación Internacional de Analistas Técnicos (IFTA, por sus siglas en inglés), desarrolla que “el mercado ha cambiado, la velocidad ha cambiado, pero los conceptos de fondo son los mismos”.
Comparando la disciplina con los viajes, indica: “Antes viajábamos y tardábamos meses en llegar a un lugar, hoy lo hacemos todo mucho más rápido. Hacemos lo mismo, pero de manera más veloz”.
Esta velocidad se debe, en parte, a la aparición de algoritmos desarrollados para ejecutar estrategias de inversión de manera automática. Como consecuencia, la dinámica del mercado se acelera cada vez más.
La subjetividad en los mercados
Los precios de los activos que cotizan en los diferentes mercados del mundo no son más que la suma entre los miedos y las expectativas de los participantes. Si las cotizaciones suben, significa que los inversores y operadores le ven un prometedor futuro al activo; si bajan, quiere decir que el miedo está alertando sobre un posible futuro no satisfactorio.
"En los mercados hay mucha emoción. De hecho, se dice que es un navegar entre la avaricia y el miedo”
Debido a este funcionamiento subjetivo, se suele afirmar que existe una especie de “profecía autocumplida” que genera que los precios se muevan como consecuencia de una simple creencia. Luis considera que, efectivamente, existe dicha hipótesis, y complementa: “El efecto de profecía autocumplida o Pigmalión se refiere, esencialmente, a la potencial influencia que se ejerce cuando muchos piensan o creen lo mismo. Cuando hay un grupo de personas que tienen una expectativa sobre algo y actúan en consecuencia, entonces vemos que en el mercado se termina cumpliendo la expectativa”.
“Somos seres emocionales que razonamos, y si consensuamos en que eso es así, podemos también consensuar que en los mercados hay mucha emoción. De hecho, se dice que es un navegar entre la avaricia y el miedo”, sentencia, finalmente, el analista de mercados.
La lógica del análisis fundamental
Por otro lado, el segundo método de análisis más escogido por los inversores es el famoso análisis fundamental, conocido por ser la metodología del mítico inversor Warren Buffett, quien, a su vez, aprendió de Benjamin Graham, el “padre” de esta disciplina.
En definitiva, este conjunto de técnicas busca descubrir cuál es el valor de un activo. La hipótesis base afirma que, cuando el precio de mercado es inferior al valor del activo, entonces estamos ante un caso de infravaloración; por el contrario, si el precio de mercado es superior, se trata de un activo sobrevalorado. En ambos casos, el paso del tiempo hará que precio y valor converjan en una única cifra.
Para poder calcular el valor fundamental de un activo, hay que saber interpretar los estados financieros del mismo, la situación macro y microeconómica del entorno en donde convive y dominar diversas técnicas de valuación como, por ejemplo, el descuento de flujo de caja o la valoración por ratios financieros.
A diferencia del análisis técnico, para utilizar correctamente el análisis fundamental, hay que poseer conocimientos en diversas materias de ciencias económicas, tales como contabilidad, economía general, algo de matemática financiera para realizar las valuaciones, entre otras.
Análisis técnico y análisis fundamental: la unión hace la fuerza
El análisis técnico y el análisis fundamental no son disciplinas que se opongan. Al contrario, para poder obtener los resultados financieros que buscamos, los especialistas recomiendan utilizarlas en conjunto.
Para Pedro Marcelo Luis, es recomendable primero analizar los activos desde un punto de vista fundamental: si la empresa es buena, qué tal están sus productos o servicios, cómo está la situación general del país en la que se encuentra y demás. Y luego complementar el análisis con herramientas técnicas. “Son dos tipos de análisis con distintos enfoques, pero que definitivamente se complementan”, relató el ejecutivo.
Por su parte, Leonardo Svirsky, operador comercial en Bull Market Brokers, comenta que “las dos son herramientas complementarias” y que “hay mucha gente que hace fundamentals”. A continuación, explica que, si bien el análisis técnico puede mostrar algunas cosas interesantes como los soportes y resistencias, es decir, zonas en las que hay altas probabilidades de que un activo “rebote”, a veces puede fallar, pero sigue sirviendo como análisis complementario a los valores de una acción o un bono.
En definitiva, tanto el análisis técnico como el análisis fundamental son herramientas que permiten conocer el activo y la situación general del mercado para así poder tomar decisiones de inversión. Aunque existe una tercera filosofía o teoría financiera que dicta que ninguna de estas disciplinas sirve y que solo es funcional armar una cartera diversificada para amortiguar la aleatoriedad de los precios que puede perjudicar al inversor, muchos usuarios y especialistas afirmarán que el AT y el AF efectivamente funcionan y cumplen con su cometido.