La desastroza renovación de deuda de esta semana con una letra descuento, otra badlar y una cer, siendo un vencimiento en manos integro del sector privado y 30% del exterior, podría ser finalmente el catalizador operativo para un shock cambiario.
Un monto mayor a 30 mil millones de pesos quedaron a la derivada a partir de hoy, que podría tener impacto la semana que viene en el mercado de cambio, principalmente si se vuelcan a la compra de GD30, algo que comenzamos a observar hoy en el mercado de cambio con una demanda puntual rápidamente compensada por entes públicos que concentran toda su operatoria en la paridad D de los bonos.
Lo que observamos es una decidida voluntad de los fondos del exterior para desarmar posicines CER, una decisión que tendrá su máximo punto de tensión si las medidas de control inflacionario siguen fracasando y Lavagna renuncia al INDEC, algo que no podemos descartar ante cualquier cambio metodológico irregular, que podría suceder este año.
El mercado de cambio está en un momento de stress pausado, es una olla a presión con la mayor parte de los participantes con tenencia en Pesos, todo dinero nuevo fluye a Pesos; y con un BCRA que parce tener el control con una cartera llena de bonos para liquidar, y también de dólares de la cosecha para aguantar paridades.
Pero en plaza tenemos a PIMCO y en menor medida a Templeton, y esperamos que esto lentamente comience a notarse en la plaza, algo que venimos observando desde finales de febrero.